TOP 20 DÉCADA DE LOS 80, PARTE I. POR ALFONSO CAÑADAS
La presente lista (y todas las que le sigan) son una visión subjetiva de este autor en base a su basta experiencia cinéfila sobre cuáles son las mejores películas de cada una de las décadas de la historia del cine. ¿Qué entendemos (o entiendo) por mejores? Novedosa, expansiva, original, representativa de su tiempo, y en general creadora de un micro-mundo que representa crítica o acertadamente las ideas que trata de representar en base a su momento de estreno y las ideologías de su(s) creador(es).
La década de los 80 es popularmente considerada una década cinematográfica de fuegos artificiales, de obras intelectuales pobres y de más envoltorio que contenido. Nada más lejos de la realidad que se nos presenta si comenzamos a bucear por la historia del cine, los 80 son, a nivel internacional, una década de renovación y surrealismo. Muchos países europeos aprovecharon las libertades culturales y el principio de la globalización para dejarse llevar por las mezclas más surrealistas de culturas. Y sí, también hay mucha luz, mucho color, pero también mucho cine social, e incluso películas que tienen de ambas cosas.
20. Route One/USA (1989), dir: Robert Kramer
Mi actual conocimiento sobre
la carrera del mítico cineasta independiente Robert Kramer me aleja, a priori,
de cualquier fanatismo hacia su obra. Cuento como decepciones las renombradas Scenes
from the Class Struggle in Portugal (1977) y Notre nazi (1984), ambas películas
no me aportaron nada de especial, y por el contrario provocaron en mi mente un
fuerte sopor. Caprichosos son, sin embargo, los gustos del cinéfilo, y al mismo
tiempo considero las más de cuatro horas de su Route One / USA un espléndido
monumento cinematográfico de la década de los 80. Cuestionarse si Route One es
un documental o una ficción resulta tan superficial como innecesario a estas
alturas de la cinefília. La obra maestra de Kramer es un fresco tanto
ficcionado como documental (y no hace falta saber qué parte es cual) de lo que
son los Estados Unidos de América. Acompañamos al misterioso personaje de Doc
de vuelta a su tierra natal atravesando la Route One y charlando sobre la
situación social del país con todo el que se anime a ser registrado.
19. Time of the Gypsies (1988), dir: Emir Kusturica
18. ¿Qué he hecho yo para merecer esto! (1984), dir: Pedro Almodóvar
La película que representa el
paso de Almodóvar de la radicalidad (Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón,
Entre tinieblas…) hacia un cine posterior progresivamente más canónico (dentro
de que, por supuesto, estamos hablando de un director siempre diferencial) es
un pilar dentro de su carrera y una de sus obras maestras. La historia de las
desventuras de una ama de casa de Madrid consigue, de la mano de Almodóvar,
transformarse en la representación de un micro-universo mágico, lleno de
expectación y hasta poderes telequinésicos. Una absoluta reivindicación de la
figura de la ama de casa, una carta de amor a una figura habitualmente
ninguneada en la historia del cine. La esencia de toda la carrera de Almodóvar
comprimida en poco más de hora y media.
17. The Elephant Man (1980),
dir: David Lynch
La esencia de todo el cine
posterior de Lynch se encuentra reflejada en su totalidad en El hombre
elefante, con la diferencia de que se trata de su única incursión en el cine de
temática histórica. ¡Y qué incursión! Formalmente elegantísima,
sentimentalmente desbordante; con esa curiosidad por lo diferente y por temas
desafiantes, el segundo largometraje de Lynch plantea con el mayor respeto y la
mayor curiosidad la desgraciada historia de John Merrick. El disciplinado
comportamiento de Merrick tiñe a la propia película de sofisticación formal, de
una narrativa segura y de una puesta en escena nada morbosa (difícil,
tratándose de un problema humano tan morboso). El mayor elogio de Lynch a la
pasión que mueve su cine: lo diferente e inexplicable.
16. El Sur (1983), dir: Víctor Erice
Mil y una vez se ha lamentado
el ya anciano director español de “qué habría sido de El Sur si se hubiera
terminado”. No tengo ni la más mínima idea de cual habría sido el resultado si
los caprichos del productor Elías Querejeta hubieran sido otros, pero sí puedo
decir que lo que podemos visionar de El Sur es una especie de milagro
cinematográfico. Erice es un director dotado de una mano incomparablemente
sensible para la dirección, en El Sur sentimos cada segundo, minuto, hora o año
que pasa en su historia. El alma de Estrella, y la de su misterioso padre a
través de ella, se desnuda ante nosotros. La archiconocida dualidad de la
sociedad española representada poéticamente como el anhelo de otro lugar,
paradisíaco y desconocido. Un lugar originario del que huyó Agustín, de las
palmeras, el mar y la arena, para aterrizar en el frío, pero acogedor, norte.
¿Qué pasará cuando Alma descubra el sur? ¿Qué pasa cuando ambas Españas se
unan? Nunca lo sabremos, como El Sur nunca se finalizará.
15. Angel's Egg (1985), dir: Mamoru Oshii
De poco o nada sirve tratar de entender el argumento de la obra maestra de Mamoru Oshii, uno de los más conocidos cineastas de la era de oro de la animación japonesa. Una película figurativa pero completamente irracional, surrealista y movida por las sensaciones que generan los diferentes elementos orgánicas que se desplazan por la pantalla de manera casi hipnótica. Oshii demuestra aquí la tremenda capacidad de la animación para trabajar el surrealismo, generando una extraña sensación de nostalgia, miedo y vacío imposible de comprender.
14. Agatha et les lectures illimitées (1981), dir: Marguerite Duras
Incluso en las piezas
cinematográficas más decepcionantes (véase La Femme du Gange, 1974) de
Margarite Duras, el trabajo con los espacios es asombroso. Agatha et les
lectures illimitées no es más que un recorrido visual por un lugar desierto en
el que ocurrieron cosas. Pasado y presente se funden en uno, y gracias a un
maravilloso trabajo visual y de ritmo narrativo, nos convertimos en fantasmas
que habitan recuerdos que nunca volverán. Recuerdos prohibidos que no pueden
ser olvidados. Pocas películas han transmitido el pasado mejor, además, con tan
poco.
13. Landscape Suicide (1987), dir: James Benning
Seguimos con el uso supremo de
espacios cinematográficos desiertos. Landcape Suicide es una de las cumbres de
los experimentos cinematográficos del cineasta estructuralista más popular,
James Benning. La película se encuentra dividida entre unas largas entrevistas
con los supuestos implicados en dos crímenes, y planos estáticos de lugares que
rodearon a dichos crímenes y que, por su propia naturaleza, tras una
contemplación prolongada, transmiten una extraña sensación de inquietud y
violencia. El análisis de cómo las cualidades de los espacios pueden influir en
el comportamiento de los ciudadanos que los habitan se encuentra muy bien sostenido
sobre este ejercicio, en el que Benning trata de intervenir lo mínimo para que
el espacio hable por sí mismo.
12. Street of Crocodiles (1986), dir: Timothy & Stephen Quay
Surrealista adaptación
cinematográfica mediante la técnica del stop-motion de la obra del torturado
autor Bruno Schulz. Dos genios de la animación como los hermanos Quay no
dudaron en tratar de transmitir las horribles sensaciones que el autor describe
sobre escenas de la Segunda Guerra Mundial siendo judío en Polonia. Lejos de
haber un argumento, nos encontramos ante el traslado de un universo literario a
la pantalla, pero basándose en la descripción de espacios y sensaciones. Órganos,
metal, óxido, polvo y mucha incertidumbre, todo ello por delante de cualquier
narración lógica.
11. Sweetie (1989), dir: Jane Campion
Una de las más grandes obras
maestras sobre la descomposición familiar, los extraños lazos que provoca la
sangre y sus aún más raras consecuencias. El debut en largometraje de Campion
es, muy posiblemente, su mejor película. La popular directora de Nueva Zelanda
se desenvuelve muy bien en la comedia hilarante, trazando a la vez un angustioso
mapa de lo complejo que es ser una familia, o tener familiares. Es posible que,
frente a otras películas de mayor acogida internacional de la directora (El
piano o El poder del perro) esta maravilla quede oculta, y por ello (pero,
desde luego, no solo por ello) tenemos que reivindicarla. Sweetie es, de lejos,
una de las mejores películas de la década de los 80.
©Alfonso Cañadas, mayo de 2024
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